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jueves, 19 de julio de 2012

Fitorremediacion Interior y El uso del Sedum en las cubiertas vegetales

El uso del Sedum en las cubiertas vegetales

En estos últimos días hemos estado presupuestando e informando a muchos cliente acerca de nuestras cubiertas vegetales con especies de Sedum, en todas las opciones que tenemos podemos usarlos, pero es en particular en los modelos Cántir, Epífita y Rizoma en las que más importante es su uso.
Cubierta Vegetal tipo Cántir

El género Sedum comprende entre 500 y 600 especies de plantas suculentas distribuidas por las regiones templadas y frías de ambos hemisferios. Destacan por ser plantas muy adaptadas a la sequía, debido a la capacidad de almacenar agua en sus hojas carnosas. Su tamaño varía entre especies que no sobrepasan los 10 o 12 cm a semiarbustivas (unos 50 cm). Además de su resistencia a la sequía, otro rasgo característico de estas plantas es su facilidad de reproducción, por esqueje, semilla u hoja (echa raíces enseguida en contacto con la tierra), estas dos características las hacen plantas idóneas para su uso en cubiertas vegetales.
Su uso proviene de la observación de las zonas en las que de forma natural aparece, pervive y tapiza el Sedum.
Sedum sediforme creciendo sobre un tejado de forma espontánea – Foto: Urbanarbolismo

Las mantas que se utilizan en las cubiertas vegetales se realizan con una mezcla de varias especies, entre ellas:
Sedum acre y Sedum album – Fotos: Wikimedia
Sedum reflexum y Sedum floriferum – Fotos: Rockwallgardens
 
Sedum sexangulare y Sedum spurium – Fotos: Wikimedia y Rockwallgardens

El hecho de usar una mezcla nos proporciona ciertas ventajas, como que si hay alguna de ellas que funciona peor, la que funcione o se adapte mejor al entorno ganará ese espacio.
El uso del Sedum tiene unas grandes ventajas estéticas: su floración y su cambio de color en invierno. Estas especies usadas, como puede observarse en las fotografías, ofrecen un floración muy densa y colorida, por lo que, además de generar volúmenes diferentes en la superficie del jardín, rompe con la continuidad de tonos verdes de las hojas. La floración se produce entre los meses de mayo y agosto, consiguiendo mucha variedad de colores. Por otro lado, en invierno algunas de estas especies se tornan a colores rojos, marrones y amarillos, que se alternan con los verdes propios, así también se rompe la monotonía del verde continuo.
Vista de la cubierta realizada

Aunque las cubiertas tipo Epífita y Rizoma no incluyen riego por defecto, para la mayoría del territorio peninsular nuestra recomendación es instalarlo, es por ello que hacemos especial hincapié en el uso de la cubierta tipo Cántir, que incorpora un sistema de riego hidroporoso enterrado con el que aportamos el agua necesaria para la vegetación, pudiendo hacerse estos aportes de agua de forma puntual y a modo de riego de emergencia o de apoyo. En los casos en los que no se instale el riego, tendremos zonas en las que las plantas parezcan muertas o secas, esto es sólo en apariencia, porque la planta rebrotará en primavera; si queremos asegurarnos una cubierta verde todo el año es muy recomendable la instalación de riego, que, por otro lado, no supone un coste muy elevado.
Detalle de las especies de Sedum utilizadas

El mantenimiento de estas especies se limita a pequeños recortes y retiradas de elementos secos, sobre todo provenientes de las flores, aunque son opcionales. La retirada de malas hierbas es muy escasa, ya que para su instalación se utiliza un sustrato especialmente formulado, que consigue que no apenas aparezca, por lo que los costes derivados de este trabajo se minimizan. El único mantenimiento recomendado es la realización de un ligero abonado un par de veces al año, que en nuestro caso se realiza a través de un sistema colocado estrategicamente en el riego, por lo que podemos automatizarlo.
Bajo nuestro punto de vista, el uso de las especies de Sedum en cubiertas es una opción muy a tener en cuenta, ya que conseguimos tener una cobertura completa de la cubierta desde el principio, usamos unas especies bien controladas y comprobadas, con lo que nos aseguramos su correcto funcionamiento y obtenemos los beneficios propios de las cubiertas vegetales a un coste muy asequible.

Diseño de jardín en San Vicente del Raspeig - Zona de césped y piscina


Seguimos con la tercera parte de la serie de artículos que sirven para aumentar la explicación del diseño de jardín realizado en San Vicente del Raspeig.

- ZONA DE CÉSPED Y PISCINA
Esta zona, mayoritariamente ocupada por una piscina, se dedicará a crear una pradera de césped, mediante semillado.
Los caminos de acceso hasta la piscina, tanto desde la vivienda como desde la barbacoa, ser realizará mediante círculos realizados “in situ” con hormigón impreso, con el mismo dibujo y color que el paseo de entrada.

En esta zona, el seto de Cupressocyparis leylandii (Ciprés de Leyland) forma dos salientes de la alineación principal, de forma que con uno de ellos consigamos algo de privacidad en la ducha, y con el otro, reduzcamos los ruidos que puedan escaparse de la depuradora.
En la esquina del césped, y con el fin de crear una zona de sombra, se propone la plantación de una Morera sin frutos (Morus alba “fruitless”). La elección de la ubicación se basa en poder tener una sombra en la pradera de alrededor de la piscina, pero que no moleste ni interfiera en la vista desde la vivienda.
Morus alba “fruitless” – Morera sin fruta

Junto a las escaleras se prevén dos zonas en las que crear dos parterres de flores, con una bordura sencilla de plástico, con el fin de tener dos espacios de color durante todo el año, las especies que se proponen son: Dianthus sp., Erigeron karvinskianus, Iris germanica, Tagetes erecta, Viola cornuta y Viola tricolor.
  
Iris germanicaErigeron karvinskianus
Dianthus sp.Tagetes erecta
Viola cornuta – Viola tricolor

Y ya terminando la zona, y a modo de separación de la zona contigua de huerta, un pequeño muro verde a dos alturas, formado con Bambú (Phyllostachys aurea) para la zona alta, y Agateas (Felicia amelloides). De esta forma se diferencian las zonas, al mismo tiempo que se consigue cierto ocultamiento entre los diferentes usos de la parcela.
Felicia amelloidesPhyllostachys aurea

En siguientes entregas seguiremos con el resto del proyecto, y en breve podremos ver el resultado, ya que la primera parte de la obra está prácticamente terminada.

Jardín vertical como expositor en Barcelona

Uno de nuestros últimos trabajos, en colaboración con Urbanarbolismo, Alijardín y Verdtical, es la creación de un pequeño jardín vertical Leaf.Box para usarlo como expositor de una conocida marca de ginebra.
Está situado en Barcelona, en el escaparate del Colmado Quílez, en el cruce entre las calles Rambla de Cataluña y Aragón, al que le da una nueva imagen, muy llamativa y diferente. Podéis ver su localización en este enlace: http://goo.gl/maps/et8d
Foto: Fazzari

Es un jardín en el que se ha primado la sencillez, el bajo mantenimiento de las plantas y la facilidad de incorporar las botellas en el cuadro, integrándolas entre la vegetación.
Foto: Fazzari

Este escaparate, verde y vivo, hace que los peatones se detengan delante, para ver si realmente es planta viva o no, lo observan y lo fotografían, cumpliendo con creces su cometido.
Foto: Fazzari

La integración de la publicidad en los jardines verticales es una opción muy a tener en cuenta hoy en día, ya que el impacto sobre los posibles clientes es importante, tanto por la novedad en las construcciones como en la diferencia de tener un jardín vivo y creciendo como reclamo.
Foto: Fazzari

Éxito de la Jornada de Formación de Jardines Verticales

El pasado 15 de junio realizamos, junto a Urbanarbolismo y Verdtical, una Jornada de Formación de Jardines Verticales. Esta jornada fue un auténtico éxito, tanto de asistencia como de interés.

Reunimos a 25 profesionales provenientes de diferentes oficios, entre los que había arquitectos, jardineros, paisajistas, ingenieros, etc. Gran parte del éxito de las jornadas fue gracias a ellos, a su participación, a sus preguntas e inquietudes en cuanto a jardines verticales y a su actitud positiva y proactividad dentro de la jornada. Desde aquí aprovechamos para agradecérselo a todos ellos, nos lo pasamos muy bien todos ese día.

El curso constaba de una parte teórica, en la que pudimos ver los diferentes tipos de soluciones constructivas que existen para los jardines verticales, y una parte práctica en la que los alumnos diseñaron y plantaron unos cuadros vegetales, con bastante acierto, todo sea dicho.
 
El resultado final de los cuadros fue este:

La formación en Jardines Verticales va a continuar, tenemos previstos más cursos, si estás interesado en saber más, déjanos tus datos en este formulario y nos pondremos en contacto contigo.

Fuente:http://www.alicanteforestal.es/blog/

miércoles, 18 de julio de 2012

Crisantemos pueden depurar el aire y eliminar los vapores químicos

De origen asiático, pero plenamente extendido por todo el mundo, el crisantemo es una flor hermosa y agradecida, cargada de simbolismo. En Occidente, donde también es conocido como San Vicente, es tradición utilizarlo como ofrenda floral en el Día de Difuntos, aunque no por ello deja de llenar con profusión y alegría los hogares como planta ornamental, tanto de interior como de exterior. En Asia representa la longevidad, por eso también es una flor ritual muy frecuente en determinadas ceremonias.


Fuente: http://magosdaluz.blogspot.com.ar/2010/07/guia-de-flores-e-seus-significados.html

Los crisantemos ofrecen numerosas variedades aptas para todos los gustos. Sus inflorescencias son tan diversas que nos permiten elegir entre un gran surtido de colores y formas, así como plantear innumerables diseños para los arriates o bonitos ramos de flor cortada. De hecho, se trata de una de las plantas con flores que mejor se adaptan al interior, las cuales pueden depurar el aire y eliminar los vapores químicos. Además, no necesita excesivos cuidados para conservar sus flores durante bastante tiempo.
Consejos de mantenimiento
• Coloca la maceta en un lugar claro y bien ventilado, pero sin corrientes.
• Cuidado con el calor: no resisten mucho tiempo en estancias calurosas.
• Si ves que las flores no se abren es por falta de luz.
• Debes mantener siempre el cepellón algo húmedo. Las flores se marchitan en cuanto les falta agua, pero ten cuidado con los encharcamientos.
• Cuando las flores estén marchitas, elimínalas. De esta manera conseguirás que las nuevas duren más tiempo.
• Pulveriza frecuentemente con agua tibia. Lograrás que las hojas y las flores estén frescas, principalmente si se encuentran en sitios con calefacción.
• A mediados de la primavera puedes sacarla al exterior y tenerla prácticamente hasta el mes de octubre.
Con las atenciones adecuadas, conseguirás mantener la planta florida por lo menos diez semanas seguidas. Y si el lugar en el que se encuentra tiene temperaturas suaves, aún se prolongará su permanencia durante más tiempo.
Otros cuidados importantes
La luz es fundamental para el correcto desarrollo de los crisantemos, pero cuidado con la exposición solar directa: puede acabar quemando la planta. Asimismo, el calor y el frío son enemigos de esta especie. Necesita temperaturas medias entre 13 y 18º C.
Con la llegada del verano, es necesario incrementar la frecuencia de riego y abonar. Además, si la tienes en el exterior, no es raro que crezca mucho en altura, por lo que es buena idea podar de vez en cuando. Por ejemplo, corta las flores más altas y úsalas para decorar el interior de tu vivienda.
Se reproduce por división de mata o esquejes cuando comience a despuntar la primavera. Separa las matas y siembra las plantas individualmente, regando con moderación. Generalmente suelen enraizar sin problemas.

Fuente: http://www.jardineria.pro/foro/viewtopic.php?f=3&t=3173

lunes, 9 de julio de 2012

Fitorremediación


Hasta hace poco, las únicas tecnologías de descontaminación de suelos estaban basadas en técnicas físico-químicas que, en muchas ocasiones, conllevan un alto coste económico, un elevado consumo de energía y, sobre todo, un impacto negativo, a menudo irreversible, sobre la integridad y funcionalidad de los suelos. Por suerte, en los últimos años, han surgido un conjunto de tecnologías biológicas de descontaminación de suelos entre las que se puede destacar la biorremediación (o utilización de microorganismos para degradar compuestos contaminantes) y la fitorremediación, mediante el uso de plantas, de la que trata este artículo.
Carlos Garbisu, Lur Epelde, José M. Becerril. El Ecologista nº 57
El suelo es un recurso natural de enorme importancia cuya salud está ligada a la supervivencia de nuestra especie. Por desgracia, en las últimas décadas, este recurso ha sufrido una importante degradación como consecuencia de un conjunto de amenazas, léase, erosión, pérdida de materia orgánica, impermeabilización o sellado (por la construcción de viviendas, carreteras y otras infraestructuras), compactación (derivada de la utilización de maquinaria pesada, la intensidad del pastoreo, etc.), disminución de la biodiversidad, salinización, inundaciones, deslizamientos de tierras y, por último, pero no menos importante, contaminación.
La alarmante problemática de los suelos contaminados se ha traducido en la contaminación progresiva, con una miríada de compuestos químicos, de una enorme superficie de suelo a escala mundial, resultado de un desarrollo industrial poco respetuoso con el medio ambiente. Entre las principales causas de acumulación de compuestos contaminantes en el suelo se pueden destacar las emisiones atmosféricas, los vertidos procedentes de procesos químicos industriales, el inadecuado depósito de residuos, la intensificación de la agricultura y la minería. En particular, se estima que dentro de la Unión Europea existen aproximadamente 3,5 millones de emplazamientos en los que se llevan a cabo actividades potencialmente contaminantes de este valioso recurso [1].
Es importante enfatizar que el suelo nos suministra de forma gratuita un conjunto de funciones y servicios de excepcional trascendencia y repercusión económica y medioambiental entre los que podemos subrayar la producción de biomasa (alimentos, fibra y combustible), la descomposición de la materia orgánica, el reciclaje de los nutrientes, la depuración del agua, la regulación de la calidad del aire, la eliminación de contaminantes (incluidos gases invernadero), etc. Por ello, sin duda, es esencial que nuestra sociedad acometa a la mayor brevedad posible la recuperación de los suelos degradados y, en particular, la remediación de los emplazamientos contaminados, para así garantizar la sostenibilidad de estos servicios para las generaciones venideras.
¿Qué es la fitorremediación?
La fitorremediación es una ecotecnología, basada en la capacidad de algunas plantas para tolerar, absorber, acumular y degradar compuestos contaminantes, que en la actualidad está siendo aplicada en diversos países para recuperar suelos contaminados tanto con compuestos orgánicos como inorgánicos. Frente a las tradicionales técnicas físico-químicas, la fitorremediación presenta diversas ventajas entre las que se puede destacar su menor coste económico, su aproximación más respetuosa con los procesos ecológicos del ecosistema edáfico, y el hecho de ser una tecnología social, estética y ambientalmente más aceptada. Por ello, no es de extrañar que la fitorremediación se contemple cada vez más como una alternativa medioambientalmente respetuosa, frente a las técnicas físico-químicas.
Es importante recordar que el término fitorremediación engloba una serie de fitotecnologías diferentes en lo concerniente, sobre todo, a los mecanismos fisiológicos implicados en la recuperación de los suelos contaminados (por ej., fitoextracción, fitovolatilización, fitodegradación, rizofiltración, fitoestabilización, etc.), cuya explicación excede los objetivos de este artículo.
Dentro del campo de la fitorremediación, la fitoextracción es la fitotecnología más prometedora para la recuperación de suelos contaminados con metales pesados, los cuales suelen presentar una alta persistencia en los suelos (al fin y al cabo, a diferencia de los contaminantes orgánicos, no hay que olvidar que los metales pesados no pueden degradarse por procesos químicos ni biológicos). La fitoextracción se basa en el hecho de que, mediante diversos procesos fisiológicos, las plantas pueden actuar como bombas de succión, alimentadas por energía solar a través de la fotosíntesis, que literalmente extraen los metales del suelo a través de sus raíces para después acumularlos en sus tejidos aéreos [2]. Una vez que las plantas han acumulado los metales en sus tejidos aéreos, se cosechan y posteriormente se transportan para su deposición en un vertedero controlado, su incineración o su compostaje. Por supuesto, si las plantas son incineradas, las cenizas, en las que se encuentran los metales que la planta había acumulado, se deben tratar como residuos tóxicos y peligrosos, y enviarse a vertederos controlados. En ocasiones, si su valor en el mercado así lo justifica, es factible recuperar los metales de las cenizas para posteriormente reutilizarlos (fitominería).
Las plantas con mayor potencial para la fitoextracción de metales son las especies metalofitas, plantas que gracias a diversos mecanismos fisiológicos sobreviven, muchas veces de forma endémica, en suelos que presentan niveles elevados de metales. Dentro de ellas, las plantas denominadas hiperacumuladoras son de gran interés pues presentan de forma natural una impresionante capacidad para tolerar, absorber y acumular elevadas concentraciones de metales en sus tejidos. Estas rarezas botánicas han de ser preservadas pues, además de su valor intrínseco como parte de una biodiversidad vegetal que ha desarrollado durante miles de años la capacidad para sobrevivir en suelos con altas concentraciones de metales, son una herramienta biológica valiosísima para la recuperación de suelos contaminados por actividades industriales y mineras [3].
Entre las plantas hiperacumuladoras de metales la especie Thlaspi caerulescens merece un lugar destacado por su portentosa capacidad para acumular grandes cantidades de zinc y cadmio en sus tejidos aéreos. De hecho, esta especie puede acumular de forma simultánea más de un 3,0 y 0,1% (en peso seco) de zinc y cadmio, respectivamente, en su parte aérea. Desafortunadamente, muchas de las especies hiperacumuladoras de metales, como Thlaspi caerulescens, son de crecimiento lento, baja biomasa y presentan un sistema de raíces poco profundo, lo que implica que si el suelo está contaminado con altas concentraciones de metales, se necesitan muchos años para que esta fitotecnología reduzca la concentración de metales hasta niveles aceptables.
En estas situaciones, se suele optar por la fitoestabilización pues presenta un gran potencial para la revegetación y recuperación de emplazamientos contaminados con metales. La fitoestabilización se basa en la inmovilización de los metales, para así disminuir su biodisponibilidad (accesibilidad a los organismos vivos) y evitar su transporte a otros compartimentos ambientales, en las raíces de las plantas. De esta forma, los metales quedan localizados en el emplazamiento contaminado y, al haberse disminuido su biodisponibilidad, se minimiza mucho el impacto ambiental que estos contaminantes pueden causar en el ecosistema edáfico.
En relación con la fitorremediación, y al igual que sucede con cualquier otra tecnología de recuperación de suelos contaminados, es necesario enfatizar que el objetivo último de esta fitotecnología no debe ser solamente eliminar el contaminante o, en su defecto, reducir su concentración hasta límites marcados en la legislación, sino sobre todo recuperar la salud del suelo, entendida ésta como la capacidad de este recurso para realizar sus funciones (i.e., proveer sus servicios) de forma sostenible desde una doble perspectiva antropocéntrica-ecocéntrica.
Por ello, es indispensable disponer de un sistema adecuado de indicadores fiables de la salud del suelo para así poder llevar a cabo una evaluación cuantitativa de la eficacia del proceso fitorremediador. A este respecto, recientemente, los indicadores biológicos o bioindicadores [4] de la salud del suelo han surgido con fuerza debido a su sensibilidad, su carácter integrador, y su elevada velocidad de respuesta frente a cualquier perturbación o variable introducida en el ecosistema edáfico. Dentro de los indicadores biológicos de la salud del suelo, aquellos que reflejan la biomasa, actividad y biodiversidad de las comunidades microbianas del suelo, presentan un enorme potencial como herramienta monitorizadora de la eficacia de un proceso fitorremediador.
Finalmente, a modo de conclusión, enfatizar que la fitorremediación presenta un enorme potencial como tecnología de recuperación de suelos contaminados respetuosa con el medio ambiente y con los procesos ecológicos que en él se desarrollan.
Notas y referencias
1. COMISIÓN DE LAS COMUNIDADES EUROPEAS, 2006. Estrategia temática para la protección del suelo. COM 231.
2. SALT D.E., SMITH R.D., RASKIN I., 1998. ‘Phytoremediation’. Annual Review of Plant Physiology 49, 643-668.
3. BECERRIL J.M., BARRUTIA O., GARCÍA-PLAZAOLA J.I., HERNÁNDEZ A., OLANO J.M., GARBISU C., 2007. ‘Especies nativas de suelos contaminados por metales: aspectos ecofisiológicos y su uso en fitorremediación’. Ecosistemas 2007/2, 51-56.
4. Un bioindicador es un organismo, o parte de un organismo, o una comunidad de organismos, utilizados para obtener información sobre la calidad del medio ambiente.

Fuente: http://www.ecologistasenaccion.org/article17857.html